ARTÍCULO + ENTREVISTA DE LA REVISTA 'DINERS'

La actriz británica acaba de cumplir 40 años, tiene tres hijos y su nombre sigue siendo noticia en el mundo. Actúa en Steve Jobs, película que cuenta la vida del creador de Apple, y como una glamurosa diseñadora australiana en The Dressmaker. Con Diners habló desde Nueva York. Esta actriz británica, ganadora del Óscar en 2009 por su papel en El lector, es toda una institución de estilo en Inglaterra. En Hollywood también es noticia por su notable trabajo frente a las cámaras y sus romances pasados. Ahora, tras cumplir 40 años y criar a su tercer hijo, Bear Blaze, fruto de su relación con su tercer esposo, Ned Rocknroll, Winslet maneja un intenso horario de trabajo con el estreno de las dos películas en las que participa. En Steve Jobs, película que se estrena en Colombia el próximo 24 de diciembre, interpreta a Joanna Hoffman, la mano derecha del visionario fundador de Apple y en The Dressmaker, personifica a la diseñadora Tilly Dunnage, ambientada en la Australia de los años cincuenta. En ambos papeles demuestra por qué sigue siendo una de las actrices más cotizadas del planeta. Winslet confiesa que hizo todo lo que estuvo a su alcance por estar en la película de Steve Jobs. Compró una peluca oscura, se quitó el maquillaje y le envió una foto al productor para parecerse un poco más a Hoffman, una mujer de Euro pa del este, de cabello castaño corto. Quedó irreconocible. Luego se reunió con Boyle, quien quedó encantado con el carisma de la actriz. Después volvió a sentir la ansiedad que siempre siente cuando comienza un nuevo papel, pese a que lleva 26 años dedicada a esta profesión. Y entonces empezó a prepararse. Lo más complicado, sin duda, fue lograr el acento de Hoffman. En el set, su compañero, Michael Fassbender, que interpreta a Steve Jobs, ha reconocido en varias oportunidades lo colaboradora y organizada que es Winslet, pues siempre estaba dispuesta a ayudar, a preparar un té, repartir snacks y hasta reservarle una mesa en un restaurante. Por estos días, en los que el ritmo de trabajo de la actriz parece desenfrenado, recibió a Diners en el hotel Mandarin Oriental de Nueva York, vestida con una chaqueta negra de Dolce & Gabbana y un brazalete y zapatos de Christian Louboutin. Winslet no solo habló sobre su trabajo, sino que mostró su faceta más familiar.

Su rol en Steve Jobs es memorable, en parte por la forma en que Joanna Hoffman demuestra su lealtad a Steve Jobs, a pesar de no ser un hombre fácil de lidiar. ¿Por qué piensa que nunca lo abandonó?
Lo que pude percibir, luego de compartir un buen tiempo con la verdadera Joanna Hoffman, fue que ante todo era una gran amiga de Steve Jobs, le tuvo un gran respeto y afecto como ser humano y supo que él la necesitaba porque pocas personas podían comprender su forma de ser. Además, ella sentía pasión por su trabajo y era feliz con el rol de ser su asistente. A pesar de que la película cubre muchos más años de los que ella realmente trabajó para Steve y para Apple –que fueron algo más de cinco años–, en realidad eran amigos.

Usted es considerada por muchos una de las mejores actrices de su generación.
¡Oh, Dios!, no creas todo lo que te dicen [risas].

¿Cómo elige cada papel en el que actúa?
La cuestión es no tener un ego cuando estás buscando o actuando para cualquier papel. El proyecto de Steve Jobs, por ejemplo, tuvo bastantes obstáculos, porque cambió de estudios, director y hasta de elenco. Pero hay que pensar en que uno tiene que mantener la humildad, dejar el ego de lado y pensar en que hay proyectos que valen la pena hacer sin importar lo fácil o complicado que parezcan, porque solo tenemos una vida y hay cosas que uno debe sentir con pasión. Eso fue lo que le dije a Michael Fassbender cuando nos juntamos para actuar parte de la vida de una figura tan grande como Steve Jobs. Él se sentía algo intimidado de tener que interpretar a un hombre tan reconocido, pero en ocasiones hay que sentir esos temores para apoyarnos como artistas y salir adelante. Si ves el trabajo final, es fascinante lo que hace Michael con su interpretación, en un guion que tiene bastante diálogo y emociones encontradas, y lo manifiesta con una excelencia profesional que pocas veces he visto en mi vida.

¿Quién es el compás moral en su vida?
¡Wow!, es algo muy profundo para decirlo con brevedad, pero pienso que el compás moral de mi vida, con toda honestidad, es mi hijo Joe, de 11 años, quien tiene un alma generosa, madura y noble. Si él ve que hay algo que me molesta o me hace sufrir, con frecuencia me dice “mami, todo va a salir bien, no te preocupes que al final nada de eso importa”. Y a veces sale con unas cosas inesperadas: si me ve cansada, me pregunta si quiero un masaje en los pies o se ofrece a prepararme un té. Además, siempre quiere entablar conversaciones en las que busca dar su opinión sobre los pros y los contras de alguna situación que estemos viviendo.

¿Y sus otros hijos?
Son absolutamente adorables, todos ellos son mi vida, y quiero decir que por ellos me siento estable y nivelada.

Usted tiene una agenda muy ocupada con proyectos como actriz y modelo. ¿Cómo hace para lograr ser actriz, esposa y madre de familia?
Definitivamente no es para nada fácil lograrlo, porque se necesita mucha organización, de eso puedes estar seguro. Eso de buscar ser la esposa perfecta, la madre incondicional para sus hijos y, además, ser una profesional en todo el sentido de la palabra, tiene un precio en los nervios y en la tensión emocional. Pero, afortunadamente, tengo bien desarrollado el sentido organizacional. Mis hijos son mi prioridad número uno, así que no hay negociación que valga si ellos me necesitan. Cuando saco el tiempo para dedicárselo a mi esposo, me enfoco en él y nos olvidamos de lo demás. Cuando estoy rodando una película, doy todo lo que puedo en el personaje. Y pienso que no soy nada diferente de cualquier otra madre trabajadora que tiene su familia y dedica su vida a ella.

Su figura ha sido objeto de discusión por mucho tiempo. Ahora que ha llegado a los 40, ¿cómo se siente consigo misma?
Por mucho tiempo, sobre todo en mi juventud, me sentí gorda y fea, eso todo el mundo lo sabe. Pero eso me enseñó que no me debía importar para nada lo que la gente dice de otras personas, sobre todo de uno mismo. Con el tiempo, mi figura fue mejorando y ahora tras tener mis hijos, me siento más atractiva que nunca. Y todo esto sin tener que estar matándome en un gimnasio o pasando por dietas que son una tortura. Creo que a medida que voy envejeciendo he aprendido a sentirme más y más cómoda con mi cuerpo, con mis cicatrices e imperfecciones, porque no existe eso de que haya alguien perfecto. Y lo más importante, soy feliz como soy.

Y en realidad lo proyecta muy bien. ¿Cómo hace para mantenerse en forma?
En la actualidad vivimos en Inglaterra tras permanecer un buen tiempo en Nueva York y lo que puedo decirte es que vivir en las afueras de Londres hace que se pueda disfrutar en realidad de una vida al aire libre. Estamos relativamente cerca del mar y eso marca una diferencia para todos nosotros. Vivo con moderación, no soy de esas personas que creen en esas extrañas dietas de eliminación o cosas por el estilo. Me gusta disfrutar de un buen vino rosé de vez en cuando o comer algo que no sea completamente bueno para uno, como un pedazo de pastel, pues cuando se hace de vez en cuando, no va a hacerte ningún daño y te mantiene feliz. Soy de las que prefieren pasar una tarde jugando al balón con mis hijos a estar metida en un gimnasio matándome para perder un kilo, porque igualmente corriendo con ellos voy a gastarlo [risas]. Y me gusta pensar de manera positiva siempre y eso me mantiene muy contenta.

Hace casi 20 años usted protagonizó Titanic, una de las películas más emblemáticas de la era moderna.
¡Oh, sí, recuerdo algo de esa película! [risas].

¿Qué recuerdos le trae ahora esa época?
No puedo negar que ha sido uno de los momentos más destacados de mi carrera por muchos motivos, en el que hice entrañables amigos, como Leo DiCaprio y James Cameron, un gran director y mentor. Además, se rodó en un momento importante de mi vida, no solo profesional sino personal y familiarmente. No puedo sentir más que agradecimiento por haber sido parte de la historia con Titanic, y no deja de ser sorprendente que ya casi va a cumplir 20 años de haber sido rodada y estrenada. ¡Es increíble!

Ya que acaba de hacer una película sobre el fundador de Apple, ¿cuál es su aplicación favorita en su iPhone?
Es divertido ver que esta película despierte esa curiosidad en la gente. Ante todo, soy una antitecnológica por naturaleza. Soy ma lísima para las computadoras, aplicaciones de teléfonos y todo lo que tenga que ver con esas cosas. Pero la aplicación que uso con mayor frecuencia en mi teléfono es whatsapp. Me gusta porque es una gran forma de estar comunicada con la familia.

¿Tiene algún tipo de filosofía en su vida?
No, en realidad no, aunque creo que la vida es muy corta, por lo que uno tiene que tratar de vivir cada día con la mayor pasión, generosidad y armonía que se pueda, porque nunca sabemos si vamos a tener un día más. En mi vida he pasado por momentos duros, pero al final del día siempre he tratado de sacar esa sonrisa de agradecimiento, porque los momentos difíciles son pruebas que nos forjan para ser las personas que somos ahora. Hay que enfocarse con positivismo siempre para seguir adelante.

EL LONDRES DE KATE

PARA VIVIR: Le vendió su casa en el norte de Londres, en Belsize Park, a Gwyneth Paltrow y Chris Martin, y se mudó a West Sussex. Sin embargo, visita Londres con frecuencia.

PLAN: Le encanta quedarse en Inglaterra durante el verano, caminar en la playa y disfrutar de los parques y la naturaleza.

PARA MERCAR: Va a Waitrose, uno de los supermercados más populares de Inglaterra. Necesita ver los productos, por eso rara vez pide la comida online.

COMPRAS: Frecuenta las boutiques de Shaftesbury Avenue, donde encuentra desde diseñadores de lujo, hasta tiendas vintage. Le encantan la ropa de Helmut Lang, los zapatos de Christian Louboutin y los jeans de Rag & Bone


Fuente: Kate Winslet Revolution